Reseña - Todo lo que nunca fuimos.

¡Hola!
Hoy os traigo la reseña de Todo lo que nunca fuimos. Sobre esta historia he leído opiniones de todo tipo, unas muy buenas y otras que no lo son tanto. La verdad es que, pese a todo, tenía muchas ganas de saber qué nos contaría Alice Kellen en ella, así que hace no mucho, decidí descubrirlo por mí misma.
¡Comenzamos!

Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres.
Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar.
Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.

Como os he dicho antes, había leído todo tipo de opiniones sobre este libro. Mucha gente me lo recomendaba sin parar, pero otros tantos me instaban a lo contrario. Tenía bastantes ganas de descubrirlo por mí misma, así que decidí meterme de lleno en esta historia.

Desde que perdió a sus padres, Leah ya no es la misma. Todo lo que antes le servía de inspiración para crear, ya no lo hace. Ahora solo está escuchando música en su habitación, sin apenas hablar, aislada de todo, y de todos.

Oliver, su hermano, acepta una oferta de trabajo en Sídney para poder costear la universidad de su hermana el próximo año, y es por eso por lo que decide encargarle su cuidado a Axel, su mejor amigo.

Todo lo que nunca fuimos nos cuenta la historia de Leah y Axel, una historia de no rendirse, de arriesgar y de intentarlo una y otra vez. 

Los personajes son bastante complejos, y he visto que desde los primeros capítulos al final el cambio es evidente. Sobre todo me ha gustado muchísimo poder meterme en la cabeza de Axel e ir desentrañando todo lo que piensa y siente. Pero no puedo decir lo mismo de Leah, ya que a pesar de que es un buen personaje, bastante complejo y completo… no he conseguido empatizar tanto con ella. Había veces que no lograba comprender su comportamiento y… no sé, me he quedado algo fría con ella, al contrario que con Axel. 

Pero en términos generales los personajes me han parecido bastante reales y humanos, y eso es algo que me encanta ver. La lentitud en este libro, desde mi punto de vista es necesaria. El ver cómo poco a poco los personajes van rompiendo los moldes en los que estaban, cómo iban evolucionando y avanzando, es maravillosa. Ninguno de los personajes (protagonistas y secundarios) son los mismos al principio y al final. Su evolución es impresionante.

Lo que más me gusta de la autora (y en esta entrega no podría ser menos) es su forma de narrar. Tan personal e íntima, tan llena de sentimiento… que hace que te metas por completo en la historia, sintiendo y viviendo todo lo que les ocurre a los personajes con mucha intensidad. Es conmovedora, tierna, alegre y triste, es mil cosas a la vez. Además es una novela con un ritmo muy dinámico, con capítulos cortitos que hacen que prácticamente el libro se lea solo.

Tengo que admitir que, cuando lo terminé, tenía mis dudas. Tenía sentimientos encontrados porque no sabía si me había gustado, o estaba decepcionada. Pero reflexionando (y teniendo en cuenta que me bebí el segundo al día siguiente), tengo que decir que me gustó. Me quedé con un sentimiento agridulce al terminar, pero sabía que, como todas sus historias, me había cautivado. 

La verdad es que me ha parecido una primera parte bastante buena, y estoy segura que la segunda va a ser igual, o mejor.

"Casi nunca somos conscientes de lo felices que somos mientras lo estamos siendo.
Solemos recordarlo y valorarlo después."

¿Lo habéis leído? ¿Que me decís de él?
Hasta la próxima reseña ♥